Fisioterapia para cáncer de mama

La fisioterapia puede ayudar a recuperar la calidad de vida cuanto antes, tras haber sido sometido a una operación de cáncer de mama.

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La fisioterapia puede ayudar a recuperar la calidad de vida cuanto antes, tras haber sido sometido a una operación de cáncer de mama.

El linfedema es una enfermedad crónica que requiere una vigilancia casi constante para evitar el progreso del mismo, ya que puede causar deterioro de la capacidad física funcional en la parte superior del cuerpo.

Una de los tratamientos más aceptados desde la fisioterapia, para tratar con pacientes de cáncer de mama es la “terapia descongestiva compleja.”

Este enfoque integral incluye el drenaje linfático manual, la compresión de la extremidad inflamada, ejercicio físico, rehabilitación del hombro, ejercicios respiratorios profundos para promover el flujo venoso y linfático, cuidado de la piel, y la educación del paciente en el autocuidado.

La terapia descongestiva compleja se produce en dos fases:

La primera fase es intensiva y el terapeuta tiene como objetivo reducir la inflamación y los síntomas.

Esta fase puede durar de una a cuatro semanas y puede durar de 2  hasta 20 sesiones de tratamiento.

Una vez llegado a una meseta de la mejora, comenzará la segunda fase de autocuidado y reducción del riesgo.

Entre los tratamientos aplicados de esta terapia destacan:

Drenaje linfático manual

Es un tipo de terapia manual, donde se persigue favorecer la reabsorción del edema, activando el sistema linfático.

Suele realizarse varias veces por semana, en función del grado de afectación y según las pautas que le dé su terapeuta. La duración suele ser de aproximadamente una hora.

Compresión de la extremidad inflamada

Inicialmente, se realizarán vendajes compresivos para perseguir la reabsorción del edema.

Posteriormente, se puede incluir el uso de una prenda de compresión hecha a medida. 

El uso de la misma,  será durante el día (deben ser reemplazadas por lo menos cada seis meses y ser lavadas de acuerdo a las instrucciones especiales).

Ejercicio físico

Tradicionalmente, después de la cirugía de cáncer de mama, se recomendaba a las pacientes no realizar actividad física extenuante y los ejercicios en el lado afecto, para evitar el aumento del linfedema.

Sin embargo, los estudios científicos, han demostrado que el ejercicio físico, ni causa ni empeoran el linfedema, si no que lo mejora, reduciendo su volumen además de mejorar la calidad de vida de la paciente y su condición física; por lo que están completamente indicados en este caso.

El ejercicio físico, se deberá de hacer con un plan individualizado, en función de las características de la paciente y sin objetivos competitivos.

Rehabilitación de hombro

Se debe realizar un tratamiento personalizado con el fin de recuperar la funcionalidad del hombro, recuperando el rango de movimiento, aumentando la fuerza muscular y disminuyendo la inflamación.

Además, se deberá de tratar la cicatriz de la intervención, para facilitar la máxima funcionalidad y que no restrinja el movimiento ni cause dolor.  

Educación del paciente en el autocuidado

Es importante que la paciente evite golpes o lesiones para reducir el riesgo de infección así como prendas que corten la circulación.

Además se deberá de evitar hacer ejercicio físico evitando temperaturas extremas.

Es conveniente que se utilicen guantes para  realizar las actividades que pueden causar irritación de la piel o lesiones (por ejemplo, lavar los platos, la jardinería, el trabajo con herramientas).

Con información de Fisionline.

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