Las lesiones óseas son un anomalía en el crecimiento o la estructura de un hueso.
Estas lesiones pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en los huesos largos, principalmente en los brazos y las piernas.
Tipos de lesiones óseas
Periostitis
Es una lesión deportiva que suele aparecer localizada en la parte anterior de la tibia y también de las costillas.
Presenta un dolor localizado que se alivia con el reposos y vuelve a aparecer con la actividad física mientras subsiste a la inflamación.
Causas:
Es una inflamación aguda o crónica del periostio (membrana que recubre el hueso) excepto en lugares de inserción de ligamentos, tendones, y superficies articulares.
Como hemos comentado, lo más común es que se asocie a la tibia convirtiéndose en una lesión conocida como tibia dolorosa, tibia rugosa, síndrome de estrés medial de la tibia (MTS) o periostosis tibial.
Se debe fundamentalmente a dos mecanismos:
- Traumatismo directo único o repetido, sin gravedad aparente: patadas sobre la tibia, etc.
- Microtraumatismos por estiramientos de la aponeurosis en sus inserciones con ocasión de las contracciones musculares durante un esfuerzo y, en este caso, la periostitis no es otra cosa que una dolencia de la inserción aponeurótica.
Tratamiento:
Se aconseja mantener un tratamiento conservador con reposo de la zona lesionada, antiinflamatorios y fisioterapia para minimizar la gravedad de la lesión en su recuperación.
Fracturas:
Es una lesión que causa una ruptura en la continuidad del hueso debido a un fuerte traumatismo. Las fracturas pueden ser;
1. Agudas o inmediatas
Puede producirse por traumatismo directo o por traumatismo indirecto.
Un ejemplo muy común es caer sobre el hombro en una mala posición, fracturándose la clavícula.
A veces puede deberse a la degeneración progresiva producida en los huesos (osteoporosis).
Generalmente la localización suele producirse a la altura de las extremidades inferiores (fractura de tibia, de peroné, o de ambas, fractura de la falange de algún dedo, en el navicular, en el sesamoideo, etc.), ya que son las de mayor uso, y las más expuestas a los golpes.
Según la situación del foco de fractura, pueden ser:
- Abiertas: El foco sale al exterior.
- Cerradas: Se rompe el hueso pero no sale al exterior.
Según sea el grado de fractura:
- Completas: Cuando se divide el hueso en dos o más partes.
- Incompletas: Cuando el cuadro presenta fisuras; cuando la rotura no es total sobre el eje transversal del hueso.
Según el mecanismo de producción:
- Por flexión.
- Por torsión.
- Por compresión.
- Por tracción.
- Por cizallamiento.
Según la localización en el hueso:
- Diafisaria: La fractura se produce en la diáfisis ósea.
- Epifisaria: La fractura se produce en la epífisis ósea.
- Según la dirección de la línea de la fractura:
- Longitudinales.
- Transversales.
- Empotradas
2. Por sobrecarga o fatiga
La sobrecarga o fatiga suele aparecer sobre todo en el extremo distal de la tibia, en los metatarsianos y en el astrágalo.
Ocurre al romperse el equilibrio entre la destrucción y la formación de tejido óseo en favor del primero (la actividad osteoblástica-destructiva es mayor que la osteoblástica-constructiva), causado fundamentalmente al ejercicio continuado con excesiva carga de trabajo, para la que la persona no se encuentra suficientemente preparado.
El Dolor suele ser mecánico, aparece con el esfuerzo y desaparece con el reposo.
Este dolor es de lenta instauración.
Puede aparecer una ligera inmovilización, es decir, dificultad funcional. En algunos casos la zona afectada puede aparecer inflamada.
Para el tratamiento el especialista debe reducir la fractura.
Posteriormente se inmovilizará la zona afectada guardando, durante el tiempo necesario, reposo.
También resulta muy conveniente la elevación de la zona afectada y la aplicación de frío si existe inflamación pero no hemorragia externa.
El tiempo de recuperación dependerá de la zona dañada y la gravedad de la lesión.