El control del estrés, el factor clave
Al igual que conocer el diagnóstico de la lesión, su histórico, y el tratamiento que se está realizando, son imprescindibles para evaluar el estado psicológico del paciente, conocer el estado psíquico de la persona, sus limitaciones y sus puntos fuertes, es fundamental para que el trabajo en el resto de disciplinas esté orientado a potenciar la recuperación de la lesión con solidez, en el menor tiempo posible y con un tratamiento ajustado a objetivos adecuados y realistas.
Un diagnóstico 360º detectará qué componentes, tanto físicos como psicológicos, están involucrados en la lesión y así podremos poner en marcha una rehabilitación que cubra todos los aspectos, incidiendo en aquellos componentes que cursen con mayor influencia.
¿Aprender a gestionar el estrés y nuestras emociones contribuye a impulsar la rehabilitación y a evitar futuras lesiones?
Un adecuado control del estrés evitará que nos sometamos a situaciones de sobreesfuerzo, nos ayudará a que nuestra atención esté focalizada en el desempeño que hemos entrenado y a que generemos expectativas de rendimiento adecuadas, que no nos coloquen en circunstancias de riesgo físico, en las que podría producirse la lesión.
El entrenamiento psicológico en habilidades de control de la activación, de control atencional, del control de imágenes y pensamientos, una correcta planificación de objetivos, el ajuste de expectativas, así como proporcionar al sujeto estrategias de afrontamiento ante el estrés, contribuyen de forma muy importante a prevenir futuras lesiones.
¿Las lesiones influyen de manera negativa en nuestro estado de ánimo?
Del mismo modo que puede existir una predisposición psicológica al hecho de que la lesión ocurra (lo que llamamos vulnerabilidad a la lesión), es innegable que sufrir una lesión implica no sólo la pérdida de movilidad de la parte afectada, y que el resto del cuerpo no disponga de la máxima capacidad de desempeño, sino también que nuestro equilibrio psicológico se vea alterado.
Es muy probable que, a partir de la lesión, seamos mucho más susceptibles de padecer episodios de estrés, debido al esfuerzo adaptativo para superar situaciones sin nuestra capacidad física habitual y al sobreesfuerzo emocional que supone la pérdida de autonomía y el periodo de rehabilitación. A eso se suman varias incertidumbres que nos angustian: si lograremos la plena recuperación, cuánto tiempo se prolongará la rehabilitación, cómo será el proceso de dolor que va asociado, etc.
Las lesiones, por lo tanto, especialmente aquéllas que se prolongan en el tiempo, influyen de manera negativa en nuestro estado de ánimo y es probable que experimentemos una mayor irritabilidad, desmotivación, inseguridad y frustración.
Así que, para diseñar una planificación adecuada de la rehabilitación y establecer objetivos correctos, es fundamental el estudio de las situaciones estresantes (pre y post-lesión), así como de las consecuencias de nuestro propio estrés.
Insistiendo en los factores psicológicos, es necesario trabajar el equilibrio emocional, una motivación positiva ante la recuperación de las lesiones, y el control del estrés, para que la rehabilitación tenga éxito y la recuperación sea sólida.
No hacerlo, podría conllevar que se prolongue la permanencia de ciertas lesiones, aunque el paciente esté recibiendo un tratamiento fisioterapéutico adecuado, debido a los factores psicológicos que podrían estar influyendo.
¿Es importante que el paciente participe de forma activa en la rehabilitación?
La evolución favorable de la rehabilitación, se impulsa implicando a la persona como parte activa y esencial en su recuperación, dotándolo de herramientas y estrategias para superar el estrés y las dificultades asociadas y reforzando los avances progresivos que se consiguen a través del tratamiento fisioterapéutico.
Siendo parte activa en el proceso, llegamos a ser conscientes de nuestra responsabilidad en él y a reconocernos como “protagonistas” indiscutibles de nuestra recuperación.
Por lo tanto, superando con éxito situaciones que conllevan dolor y/o limitaciones de movilidad, que dificultan nuestra actividad diaria (lesiones), adquirimos habilidades para prevenir y/o afrontar, mucho más preparados, circunstancias similares que puedan producirse en el futuro.
En MOV Rehabilitación consideramos que el éxito de la rehabilitación reside en el tratamiento integral del paciente, por eso incorporamos los factores psicológicos en el desarrollo de la intervención en las lesiones.